La Ética Sexual desde una Perspectiva Bíblica

La ética sexual está basada en un conjunto de principios y consideraciones morales que rigen la sexualidad humana. Estos principios abarcan actitudes y valores relacionados con la identificación de género, orientación sexual, procreación y consentimiento. En muchas culturas, la ética sexual está estrechamente ligada a la religión dominante, que influye en las normas morales relacionadas con la expresión sexual. En la cosmovisión judeocristiana, la Biblia es la autoridad final en cuestiones de ética sexual y ha tenido una influencia fundamental en la formación de la moralidad en muchas sociedades durante los últimos dos mil años.

¿Qué vas a encontrar?

La Corrupción de la Ética Sexual en la Humanidad

Desde el principio de la historia humana, la ética sexual ha sido violada y corrompida. En Génesis 6:5 se describe la situación de la humanidad antes del diluvio: «Todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal». Esto indica que las prácticas sexuales estaban incluidas en la corrupción general del comportamiento humano. La actitud humana hacia la sexualidad ha estado marcada por el pecado, el egoísmo y la perversión desde los primeros tiempos.

Dios como el Fundador de la Ética Sexual

Dios, como Creador de la sexualidad, tiene el derecho y la autoridad para definir la ética sexual. Desde la creación de Adán y Eva, Dios estableció el modelo del matrimonio y lo bendijo (Génesis 2:21-25). Este modelo de unión entre un hombre y una mujer en el contexto del matrimonio es reforzado a lo largo de toda la Escritura (Deuteronomio 5:18; Levítico 20:10; Marcos 10:6-8; Efesios 5:31). Hebreos 13:4 establece que el matrimonio es «honroso» y que el «lecho sin mancilla» es lo que Dios aprueba. Cualquier expresión sexual fuera de este pacto matrimonial es considerada pecado, ya sea adulterio, sexo prematrimonial, prostitución o incluso lujuria (Mateo 5:28).

La Ética Sexual como Protección y Bendición

La ética sexual establecida por Dios no es un conjunto de reglas arbitrarias destinadas a limitar nuestra felicidad. Al contrario, Dios nos da estas normas para nuestro propio bien y protección. Como Creador, Él sabe cómo funcionamos mejor y cuáles son las consecuencias de desobedecer sus instrucciones. La Biblia es como un manual de instrucciones para la vida humana, diseñado para ayudarnos a vivir de manera que experimentemos una vida plena y significativa (Salmo 119:105).

La sociedad actual sufre las consecuencias de ignorar la ética sexual de Dios: Abortos, enfermedades de transmisión sexual, divorcios, abusos sexuales, violaciones y tráfico de personas son solo algunos de los problemas que se derivan del mal manejo de la sexualidad. Si la humanidad siguiera las normas dadas por Dios, muchas de estas tragedias podrían evitarse.

Elegir la Ética Sexual de Dios

Independientemente de nuestras decisiones pasadas, tenemos la opción de elegir el camino que seguiremos hoy. Podemos continuar siguiendo las cambiantes y confusas normas del mundo, donde la ética sexual se adapta a los sentimientos y deseos individuales, o podemos decidir alinear nuestras vidas con la ética sexual de Dios.

Nuestros cuerpos son descritos en la Biblia como templos del Espíritu Santo (1 Corintios 6:19-20). Este reconocimiento implica una responsabilidad: Debemos cuidar y honrar nuestros cuerpos como santuarios de Dios (Romanos 12:1). Esto significa tratar la sexualidad como el don sagrado que es, reservado para el contexto del matrimonio.

Reflexión Final

La ética sexual en la Biblia no es una restricción destinada a limitar nuestra libertad, sino un camino hacia una vida llena de bendición y protección. Dios, como nuestro Creador, nos conoce y sabe lo que es mejor para nosotros. Al seguir sus mandamientos y valorar la sexualidad como Él lo diseñó, evitamos las consecuencias devastadoras que resultan de ignorar su ética sexual. Al honrar a Dios con nuestras decisiones y vivir en pureza sexual, encontramos la verdadera libertad y plenitud que Él desea para cada uno de nosotros.

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